Tras conocer varias culturas de larp me quede sorprendido al encontrar que lo que las define, lo que las hace únicas, no me era nuevo. De hecho los elementos que usaban solían ser parte de nuestros larps hasta que se volvieron marginales, errores de diseño que implementar si no había otra opción disponible.
Para estos países
estos elementos eran su mayor ventaja. Sus diseñadores de larp habían tomado
una aproximación completamente diferente y donde nosotros vimos elementos
desfasados ellos encontraron su distintivo.
En los primeros
larps de Somnia, colectivo del que soy parte, estaban presentes muchos
elementos que definen las bases de otros estilos de larp. Por nombrar algunos:
En nuestros comienzos
usábamos una “Sala de FX”[1] Un lugar
donde los participantes podían vivir escenas especiales para sus personajes.
Pero se volvió una ruptura constante de la inmersión y volvió a los
participantes dependientes de los organizadores. Así que con la excepción de
larps donde encontramos el modo de usar este espacio de forma diegética, nos
libramos de esta técnica.
Años después, pude
probar el muy anticipado “blackbox” que resulto ser una evolución de esa Sala
de FX. Algo tan poderoso que podía contener un larp entero.
En los viejos
tiempos solíamos proporcionar personajes realmente complejos y detallados[2]. Pero
después de que los participantes se perdieran en la cantidad de información[3] junto a la
dificultad para conectar con el personaje[4], reducimos
la longitud manteniendo nuestro estilo. Hasta tiempos recientes donde hemos
experimentado con proporcionar el corazón y huesos del personaje para dejar al
participante llenar el resto mediante el uso de entrevistas personales y talleres.
Ahora hemos
entrado en contacto con el estilo francés del Romanesco que propone un
acercamiento opuesto. Largos personajes literarios que funcionan como un todo
para crear una historia compleja. Estilo que se me ha presentado como excelente
por amigos de confianza.
Cuando comenzamos
los organizadores de Somnnia se turnaban para estar “fuera de juego”[5], afectando
el larp externamente. Pero eso iba en detrimento de la inmersión, así que
encontramos maneras de eliminarnos de la ecuación, para influenciar solo
mediante el uso de personajes al servicio del evento.
Pero hay
metatécnicas como los flashbacks donde el organizador permanece externo a modo
de narrador.
Para propiciar la
inmersión y la libertad de los participantes[6] nos
alejamos de los actos y la narratividad, con la excepción de algunos
experimentos y un ligero uso de los destinos.
Pude disfrutar
del larp “Journey”[7]
donde encontré una postura increíble pero opuesta, al ser tanto narrativa como en
actos, y aun así apasionante.
En resumen, lo
que intento enunciar es que gracias al aislamiento diferentes grupos de larp
han llegado a aproximaciones opuestas y válidas. Posibilidades que estoy
deseando probar como participante y organizador.
Pero, ¿por qué
parar ahí?, estoy seguro de que hay otros muchos “errores” que de ser
perfeccionados y usados adecuadamente pueden llevar a posibilidades creativas.
Quizá es hora de buscar
activamente esos “errores”
[3] Incluso pude escuchar la conversación de uno de mis participantes jactándose
de no haberse leído el personaje.
[4] Un personaje detallado es una creación ajena del organizador. Por lo tanto
el participante puede tener dificultades para sumergirse en él completamente.
[5] El organizador mediante el uso de una pieza de tela roja o una luz química
señalaba no interpretar ningún personaje sino estar “de guardia”
No comments:
Post a Comment